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E
n Europa, hay formas de ha-
cer, construir y vivir que nos
hacen únicos. Son huellas
del pasado que integran un
variopinto conjunto de bienes, objetos y
tradiciones legados por la historia, que
conforman nuestro patrimonio histórico
y cultural.
En un territorio tan rico y diverso como
Europa -es la región con mayor número
de propiedades consideradas como pa-
trimonio mundial por la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO)-, el pa-
trimonio cultural permite enlazar la his-
toria, valores comunes y tradiciones de
los pueblos que la integran. Es ese patri-
monio europeo el que establece vínculos
entre generaciones, generando un hilo
conductor que transmite las experiencias
pasadas y nos ayuda a saber lo que nos
une, avanzar y crear nuestro futuro.
Pero la importancia de los patrimonios
culturales no solo recae en que son lu-
gares reconocidos a nivel mundial, sino
también en que se trata de sitios histó-
ricos donde ocurrieron hechos que mar-
caron la historia de la humanidad y que
no deben ser olvidados. Se trata también
de formas de expresión, sentir o vivir que
integran nuestro patrimonio inmaterial y
que forma parte de nuestra forma de ser,
nuestro ADN.
En Andalucía, el flamenco -también re-
conocido por la UNESCO como patrimo-
nio mundial- es un claro exponente de
esa forma de sentir y expresarse que nos
hace únicos. Pero también lo son las du-
nas del Parque Nacional de Doñana, los
rincones de la Alhambra granadina, del
casco histórico cordobés, de la Catedral y
Alcázar de Sevilla, los dólmenes de Ante-
quera, la riqueza renacentista de Úbeda
y Baeza, el arte rupestre de nuestro arco
mediterráneo, la alegría de las fiestas de
los patios en Córdoba o la forma arte-
sanal de preparar la cal en Morón de la
Frontera. Sin ellos, sin su valor histórico
y cultural, quizás Andalucía no sería hoy
lo que es.
De ahí la importancia de comprender,
apreciar y celebrar nuestro patrimonio
cultural común como modo de conocer-
nos a nosotros mismos. Para ello, es nece-
sario conservarlo, protegerlo y garantizar
su perdurabilidad a lo largo del tiempo.
Con este motivo, Europa celebra en
y difundir nuestras raíces, sino también
de sacar el máximo partido a todo su po-
tencial como generador de crecimiento y
empleo en ciudades y regiones e impul-
sor de intercambios y relaciones entre
Europa y el resto del mundo.
Buena parte de nuestro futuro depen-
de, hoy, de proteger y aprender de nues-
tro pasado y entenderlo como un bien
colectivo, vulnerable y frágil que une a
las personas y contribuye a sociedades
más cohesionadas.
2018,
un año para descubrir
enfoqueenfoque
2018, AÑO EUROPEO DEL
PATRIMONIO CULTURAL
:
CUANDO EL PASADO SE
ENCUENTRA CON EL FUTURO
EDITORIAL
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VALORAR, PROTEGER Y DIFUNDIR LO QUE NOS HACE
ÚNICOS. ES EL OBJETIVO DE ESTE AÑO EUROPEO QUE
LA UNIÓN DEDICA A UNO DE SUS TESOROS MÁS
PRECIADOS: SU PATRIMONIO CULTURAL. DOCE MESES
PARA DISFRUTAR DEL LEGADO
EUROPEO Y ACTIVAR, MÁS ALLÁ
DE 2018, UNA ESTRATEGIA DE
PROTECCIÓN DEL PATRIMONIO
QUE REÚNA A LA CIUDADANÍA
EUROPEA EN TORNO A SUS
VALORES COMUNES.
texto
leonor pérez
© antonio pérez
dól
menes de antequera © junta de andalucía
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