un nuevo mercado único y un modelo global en favor de
las sociedades europeas, que ahora tiene oportunidad de
hacerse realidad.
DE LAS POLÍTICAS DISPERSAS AL RETO
COMÚN
en una apuesta energética europea, sostenible y dura-
dera. En un mundo globalizado donde urge la reducción
de emisiones, es necesario tener en cuenta, según la
Comisión, la eficiencia energética ante la escasez de re-
cursos y la sostenibilidad de redes y garantizar, en base a
los principios europeos, el beneficio de toda la sociedad.
La Unión Europea se enfrenta a un futuro envejecido, en
el que los sistemas de calefacción, el desarrollo de redes
locales y, en definitiva, las garantías del bienestar social
están intrínsecamente ligadas a la gestión de la energía.
Pero Europa sabe que su falta de recursos, siendo el
cuarto consumidor del mundo, la aboca a asumir y afron-
tar diversos retos. De ahí la importancia de construir una
visión europea y marcar objetivos, que se han cumplido
con más o menos acierto, pero también la necesidad de
proyectarlos más allá del horizonte 2020.
Europa reafirma ahora su papel en los mercados ener-
géticos mundiales, marcados por la eficiencia energética
y la reducción de contaminantes que,
en la actual coyuntura y tras la retira-
da de EE.UU., encuentra mayor encaje:
llegar a ser el número uno en energías
renovables. En este terreno, la UE tiene
como objetivo alcanzar el 20% de la
energía de fuentes renovables en los
próximos dos años, y el 27% en 2030.
Además, para esta fecha se persigue
la reducción del 40% de las emisio-
nes de gases invernaderos.
La Unión de la Energía nació para hacer posible un pro-
ceso integrado de gobernanza y supervisión que garan-
tice que las acciones relacionadas con la energía a nivel
europeo, nacional, regional y local contribuyan a los ob-
jetivos de ésta. La actual coyuntura debe contribuir a ha-
cerla realidad antes de que termine el mandato de la ac-
tual Comisión Europea, que insiste en que todos tienen
que comprometerse a caminar en una misma dirección.
TERCER INFORME SOBRE EL ESTADO DE LA
UNIÓN DE LA ENERGÍA
ces, hay que adaptar las infraestructuras a las necesida-
des del futuro sistema energético, incluyendo tanto el
comunidad europa
transporte como las telecomunicaciones, cada vez más
interrelacionadas, pero también las redes sociales, que
serán cada vez más importantes en la vida cotidiana. Los
ciudadanos europeos deberán adecuarse cada vez más a
la electromovilidad, producción descentralizada de ener-
gía y respuesta a la demanda.
Así, la transición energética en territorio comunitario
experimenta resultados positivos en el uso de
energías renovables y la caída de costes, pero caren-
cias en las infraestructuras que deben completar su
transición para hacerla sostenible y viable. Por ello,
la UE presenta nuevas medidas para avanzar en ese
sentido y propone, en la actual fase, centrar la nueva
lista de proyectos en las interconexiones eléctricas y
las redes inteligentes esenciales. La hoja de ruta ac-
tualizada de la Unión de la Energía es este año más
ambiciosa y presenta observaciones sectoriales
para avanzar más en esta tercera lista de proyectos
de interés común.
INICIATIVAS PARA RELANZAR
Las conclusiones del informe tienen claro que
todos los agentes tienen que participar, inclu-
yendo a los consumidores, que dispondrán de una ma-
principio “primero, la eficiencia energética” y se perfilan
las medidas que cumplir para apoyar el liderazgo mun-
dial de la UE en la lucha contra el cambio climático.
la un conjunto de ini-
ciativas lanzadas en marzo para avanzar en esta unión,
que tienen como objetivo que el sector del transporte
mantenga su competitividad en una transición social-
mente justa hacia las energías limpias y la digitalización.
© thomas richter/unsplash
© chuttersnap/unsplash
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Andalucía
planifica
La planificación energética de la Comunidad
andaluza integra los principios nacionales y
a seguir por los poderes públicos para el nuevo
modelo energético, bajo en carbono, con mayor
ahorro de la energía, más eficiencia energética
y, en general, mayor desarrollo de las redes que
estén al servicio de la sociedad y que, a su vez,
garanticen la competitividad de los sectores pro-
ductivos.
En línea con las prioridades europeas, la Junta de
Andalucía desarrolla su estrategia en materia ener-
gética y dispone de organismos como la
Agencia
ue participa en las
plata-
n el foro
de buenas prácticas en Economía baja en carbono
y Entorno y eficiencia de recursos, Andalucía aporta
ejemplos como el del proyecto
oosting
Low carbon Innovative Building Rehabilitation in Ero-
pean Regions), con el que se quiere aumentar la reha-
bilitación energética de los edificios y facilitar un flujo
de conocimiento efectivo entre las regiones, así como
proyectos de rehabilitación energética de edificios.
