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M
iles de personas -mayoritariamente
mujeres de todas las edades- tomaron
las calles de más de 150 ciudades del
mundo, el pasado 8 de marzo, para
reclamar para la mujer el papel que le corresponde en la
sociedad. La igualdad, en todos los ámbitos de la vida, y la
lucha contra la violencia de género, coparon las proclamas
en ciudades europeas como Berlín, Roma, París y Madrid,
que se tiñeron de violeta para participar en masivas ma-
nifestaciones convocadas al calor de campañas virales en
las redes sociales, como la conocida “NiunaMás”, en alusión
a las víctimas de la violencia de género, o la llamada “Me-
Too”, contra los abusos y agresiones sexuales en el ámbito
profesional.
La jornada también fue histórica en España y en Anda-
lucía, donde se convocaron manifestaciones en todas las
capitales -algunas de ellas masivas, como la de Sevilla, que
reunió a más de 120 000 personas, según el Ayuntamien-
to- y donde también se siguieron la huelga general y los
paros parciales convocados por los sindicatos en todo el
país, que fueron apoyados por más de 5 millones de traba-
jadores y trabajadoras a nivel nacional.
Cifras estancadas
Las reivindicaciones siguen siendo las mismas ante
unas estadísticas que apenas han variado en los últimos
años. En el ámbito doméstico, el
muestra que las mujeres siguen
asumiendo el 75% de las tareas, además de acusar el des-
empleo, en mayor medida que los hombres, una vez que
son madres o tienen personas a su cuidado (en 2016, más
del 19% estaban inactivas por estas razones). La situación
se agrava ante estadísticas que apuntan que un 44% de
personas cree que las mujeres deben hacerse cargo de la
familia y el hogar, cifra que asciende hasta el 70% en un
tercio de los Estados miembros.
En el ámbito profesional, la tasa de empleo de las muje-
res de la UE alcanzó en 2015 el récord del 64%, pero sigue
por debajo de la de los hombres (76%). Además, la brecha
salarial de la UE entre mujeres y hombres lleva estancada
© pexels
enfoque
en el 16% desde hace años y la diferencia en la cuantía de
las pensiones asciende al 40,2% de media, debido a que
un mayor porcentaje de mujeres tiene empleos a media
jornada, una remuneración más baja o se acoge a permi-
sos parentales o para el cuidado de familiares.
Apenas hay representación femenina en ámbitos como
la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas,
donde su presencia es del 12%, así como en puestos
directivos de empresas que cotizan en bolsa, donde las
mujeres sólo figuran en el 6,5% de los puestos. También
en el ámbito político existe infrarrepresentación, con un
28% de mujeres en los parlamentos nacionales y un 37%
en el Parlamento Europeo.
En relación a la violencia de género, una de cada tres
europeas ha sufrido violencia física, sexual o ambas des-
de los 15 años de edad, una de cada veinte mujeres ha
sido violada y un 55% de mujeres europeas ha sido obje-
to de acoso sexual.
ElpapeldelaUnión: avancesmoderados
Revertir las estadísticas no es fácil, aunque ha habido
avances significativos a partir de planes de acción que la
Comisión Europea recoge, cada cuatro años, en su
.
En el
último de ellos (2016-2019) se priorizan cinco áreas: in-
dependencia económica igual para mujeres y hombres;
igualdad de salarios; igualdad en la toma de decisiones;
dignidad, integridad y eliminación de la violencia de gé-
nero; y promoción de la igualdad de género más allá de
la UE. Los avances se reflejan en medidas concretas en
diversas áreas:
Para revertir la
desigualdad laboral,
la Comisión apuesta por
que las mujeres
representen al menos
el 40% en los consejos
de administración
de las empresaS
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